martes, 5 de junio de 2012

Me llamo Horacio, soy alcohólico

Horacio frente a una de sus obras, él montado en un árbol

Pintor, músico, profesor de plástica, ilustrador, cartelista, escenógrafo, albañil, carpintero, herrero, fabricador de lámparas, ¿Quién es Horacio?
Pertenece a la comunidad que practica la sobriedad, colectivo de personas que tienen conciencia de la enfermedad.
“Llegamos aquí con la ayuda de otros”
Refuerzan su sobriedad con la interacción entre personas.
Interacción entre dos personas capaces: Según un estudio científico en Dinamarca, dos personas son capaces de combinar la información sobre temas complicados, y llegar a una mejor resolución, que la situación afrontada por un único individuo. Las conclusiones muestran, que la gente tiene un talento especial para compartir información de distintas fuentes sensoriales y definir, en conjunto, determinaciones mucho más contundentes que las surgidas de una única fuente.
Dos cabezas piensan mejor que una. La conducta de una persona es el estímulo para la respuesta de otra. Proceso simple y básico que va conformando nuestra personalidad individual.
“Nos salvan las personas”
Los libros son interesantes de leer, provocan que medites, que pienses, que te busques en el interior. Pero las personas interactuando, al contarse las experiencias, son las que te ayudan.
La necesidad de consumir alcohol desde por la mañana, o cualquier tipo de adicción, se debe a un desajuste psicológico. El alcoholismo es una enfermedad del alma, del espíritu de la persona.
“Nacer en 1962 y ser homosexual fuel el detonante de mi historia. Rechazado por la sociedad porque soy diferente”.
Sus macotas: Tatu y Ali, perros juguetones, perros cariñosos, perros exigentes ante la necesidad de ser acariciados.
Horacio, biznieto de José, quien nunca llegó a exponer sus cuadros por fallecer a los 22 años. Horacio, nieto del último alcalde republicano de Sevilla, fusilado por militantes de Queipo de Llanos, orden que llega de la iglesia católica. Este abuelo, estaba ligado a la masonería, interesado en la filantropía, que significa amor al género humano, que también es filosofía, que reflexiona sobre cómo ser mejor persona. En definitiva, se preocupa por el hombre. Abuelo masón, libre y de buenas costumbres,  que marca muchas vidas a lo largo del tiempo. Actualmente, tiene dedicada dos vías públicas en la capital hispalense y en 2006, en su 70º aniversario de fusilamiento, el Ayuntamiento de Sevilla le dedica un pergamino en recuerdo a su figura.
Horacio, es hijo de un izquierdista republicano, que primero militó en el partido de Francisco Fernández Ordóñez porque era “azañista", un hombre de izquierda que cree en la utopía, un hombre que al ingresar en el PSOE dijo  que "si no hubiera un Alfonso Guerra, habría que inventarlo".
Con todos estos antecedentes, no queda otra que tener pasión o repulsa, y Horacio eligió la repulsa. Repulsión a las hermandades, al ambiente cofrade, a la Semana Santa sevillana. El origen de su trastorno personal comienza con su pasado. Sociedad andaluza que discrimina al homosexual como si se tratase de la peste. El mundo se convierte en una amenaza, en algo que está a la contra. Intentaba estar el máximo de tiempo borracho, para sufrir lo menos posible, porque no se sentía aceptado tal como es.
“Tengo la suerte de haberme salvado”
Dejé de simular que era heterosexual. Informé a la mujer con la que estaba y que quería brutalmente, de mi condición sexual.
Anticlerical, tiene odio bestial a la religión católica porque esta religión  dio la orden de fusilamiento a  su abuelo. La orden la da un cardenal.
“Ahora soy un creyente ferviente del cosmos”
¿Evolución?, ¿Revolución?
Persona que tiene enferma el alma de rencores, resentimientos, odios, aversión al resto de la humanidad que lo ha maltratado, con motivos físicos y legítimos de sentirse una víctima. ¿Victimismo o sensación de paranoia por no sentirse querido? Amor refrenado y  padecimiento del franquismo vivo en las personas.
“Desarrollé mi espiritualidad”
Descubrió las causas que le empujaron a beber y se enfrentó a ellas. Dejó la espiral de autodestrucción, dejó de consumir alcohol. Nunca estuvo solo. A través de su amiga y copropietaria de vivienda, llegó a pedir ayuda. Pesaba 32 kilos por aquel entonces. Estaba galopantemente enfermo.
“La recuperación depende solo del individuo”
Los borrachos somos los mayores embusteros del mundo. El cáncer no se cura con una tirita. Yo recibí quimioterapia antialcohol, era mi padrino, el enano cabrón. Hoy somos hermanos. Digerí la palabra alcohólico y la palabra maricón.
“Superé la incomunicación”
Tolerancia, equilibrio, serenidad, relación entre seres humanos. Todo se puede aprender. Hablar para rebajar el sufrimiento. Contar lo que te quema por dentro. En el grupo de alivias, salen los remordimientos. Cierras las puertas del infierno, abres el portón de la esperanza.
Madrugada del Viernes Santo, Centuria Romana de la Macarena, y el palio de María Santísima de la Esperanza Macarena en procesión sevillana. Desde ese día lleva la estampa de la virgen en la cartera. ¿Qué sucedió?
Que paseé a los perros muy temprano. Un padre pasaba cerca con su hijo pequeño vestido de nazareno, iban de recogida, y escuché su voz:
“Tome usted señor”
Me regaló una estampita. ¡Qué acto tan entrañable! Compartió conmigo su felicidad. Entonces recobré la lucidez, la sensatez y la cordura. Vi a un niño contentísimo, que quería hacerme partícipe de su alegría.
Catarsis brutal. Desapareció el burguesito bohemio. Personas con personas interactuando. Que afortunados son Mónica, Daniel, Marina y Silvio por tenerte  tan cerca, a solo dos puertas de distancia. Lo que forma parte de ti estará en ellos. Optimismo, creatividad, amor y respeto incondicional.
Mariposas que voláis libremente, seguid revoloteando.
¡Feliz San Frenando!

Por Paula Linero

No hay comentarios:

Publicar un comentario