viernes, 30 de agosto de 2013

Germinar brotes de soja



Semillas de soja
El proceso de germinación es muy sencillo. Tras dejar los granos a remojo durante una noche, y escurrir y cambiar el agua en repetidas ocasiones, aparecen unos brotes. Con ellos también aparecen o se incrementan las propiedades nutritivas del producto.
En un momento en que ya ha quedado clara la relación entre algunas enfermedades como la hipertensión, la arterosclerosis o la diabetes con los malos hábitos alimenticios, cada vez son más conocidos y aceptados los alimentos germinados tradicionales de otras culturas, como la soja, típica en Extremo Oriente; las judías y guisantes, de la India; el trigo, de Oriente Medio; o las bebidas de cereales, como la malta elaborada a partir de cebada germinada.

Los granos de cereales y leguminosas son alimentos "concentrados" y, debido a su bajo contenido en agua y su riqueza en hidratos de carbono complejos -como el almidón- y proteínas, no deben consumirse crudos. Para que al organismo le resulte más fácil su asimilación se comen cocidos o asados. Con ello, se realiza una especie de “predigestión” que nuestro organismo no podría realizar por sí sólo. Los germinados, en cambio, es como si ya hubieran alcanzado ese estado. 


Ponemos agua y dejamos toda una noche en remojo

Utilizaremos: gomillas elásticas, tijeras, tela mosquitera de plástico y botes de cristal 

Una vez escurridas por la mañana, las enjuagaremos tres veces al día - estas semillas tienen dos días- 

Podemos utilizar semillas de judía, lechuga, rabanito, soja, lentejas, garbanzos...

Este germinador es otra opción, en vez de enjuagues, se pulveriza el agua varias veces al día


Aquí están las semillas brotando en el germinador
Bomba nutricional

En su valor nutritivo se parecen a las frutas y verduras, ya que, al igual que éstas, contienen gran cantidad de vitaminas -en especial A, B, C, E y K-, minerales, enzimas y clorofila. El germinado de trigo, por ejemplo, contiene hasta seis veces más vitamina B que la semilla, y en la soja la vitamina C no aparece hasta que no se ha producido la germinación.

Con las calorías justas
Además, son alimentos que engordan muy poco porque aportan muy pocas calorías. Las grasas y almidones de las semillas se transforman en carbohidratos simples, proteínas, vitaminas y minerales -especialmente fósforo-. Los brotes de soja, por ejemplo, sólo tienen 30 calorías por cada 100 gramos.

Ventaja
La otra gran ventaja de estos alimentos es que se pueden producir en casa. Se almacenan y transportan fácilmente sin estropearse, no requieren mucho trabajo ni dedicación y tampoco son caros. El cultivo de germinados en nuestra propia casa nos permite asegurarnos que los alimentos que consumimos estén libres de pesticidas e insecticidas.


Si dejamos el brote crecer cinco días, tomará este aspecto -lo normal es consumirlo antes-

Brotes para consumir, lo dejamos secar en papel durante dos días

En ensaladas está muy rico, otra posibilidad es comerlo crudo como aperitivo o cocinado con otras verduras


domingo, 11 de agosto de 2013

Un lugar elíseo






La arena es blanca y fina, suave y caliente. El sol es asfixiante pero no ahoga. La brisa es templada, relaja y alienta el cuerpo. El cuerpo contempla el lugar.



Frente a Tánger la vista es increíble, el mar está juguetón, fresco y claro. A la derecha veo dunas de arena y montañas, los árboles son frondosos y muy verdes, invitan a descubrir el olor embriagador del aroma de su follaje. A la izquierda sigue la playa, el camino de la orilla se pierde entre los picos de loro, que son las rocas incrustadas en el mar. Detrás, toda la historia que unas ruinas de Bolonia pueden proporcionar, gente atunera que vivía tranquila y en paz, tal como miro yo ahora el mar. Frente a él, inspiro profundamente porque quiero retener este instante para mantenerlo conmigo el resto de días que no vendré, que no lo veré, que no percibiré sus olores, pero que sin embargo me aportará este lugar más de lo que imagina. No es un simple día de playa.



Se levanta, recoge y marcha. Va preñada de felicidad. Conduce satisfecha y plena.

 


Día citado





A las 8:30 en clase, hoy será día largo porque las clases terminan a las 14:30.


Tengo el desayuno en el bolso y el almuerzo en el coche, día largo sentenciado, dirigido pero, ¿hasta cuánto de obligado?

¡Sorpresa! Las dos últimas asignaturas se anularon, miro el móvil, me citan en la biblioteca, es ella. Esperé durante días este momento, debo aparentar tranquilidad, mi admirada quiere comentar los futuros proyectos que emprenderemos. La esperanza ensancha. Miramos, hablamos, reímos, sentimos y soñamos.

Escaleras abajo alguien me sigue, es conocida, sí, busca mi compañía.

¿Almuerzas ahora?

Era una invitación directa. Nueva cita, nos vemos en el comedor. Conversamos de la vida, ella en presente y yo en futuro. Ahora no, mañana.

Hacia el vehículo, alguien dejó un mensaje de voz en el contestador, lo oigo, me citan nuevamente para merendar, quedamos.

El día no estaba trazado, yo creo dirigirlo pero me dirigen.

Lenguaje manido, viejo, poco sutil y torpe, como el parlanchín que es. Vagas palabras que nada pronuncian. No convence.

El cuerpo se eleva, estoy en casa, él me  abraza, acaricia y besa mi espalda, el tiempo se para. Solo respiro, no quiere palabras, quiere silencio, que no le se dar.

Mi cuerpo le habla, está excitado, necesita comunicar con vocablos, ¿cómo frenar?

La cabeza en su hombro, sigo callada, me elevo de nuevo y visito las estrellas, ellas no quieren silencio. Intrigadas me observan atónitas, quieren mi dicción, todos mis pensamientos, monólogo divertido y perpetuo que no ha de acabar. Ríen conmigo.


Mientras, él sostiene mi cuerpo, en silencio.